Los alimentos entran en contacto con muchos materiales, como equipos de procesamiento, superficies de trabajo, envases de alimentos, vajillas,…La UE tiene reglas destinadas a garantizar que dichos “materiales en contacto con alimentos” no tienen un efecto negativo en los alimentos que comemos y, por lo tanto, en nuestra salud. Para garantizar que se sigan estas estrictas normas y que los materiales en contacto con alimentos sean realmente seguros, las autoridades competentes de los países de la UE llevan a cabo controles.

 

La Comisión europea ha publicado un informe sobre las buenas prácticas y desafíos a la hora de realizar controles oficiales de materiales en contacto con alimentos. El objetivo de este informe es presentar cómo los Estados miembros han integrado los controles de materiales en contacto con los alimentos en sus sistemas de control oficial según lo previsto en Reglamento (CE) 1935/2004.

 

El informe describe los diferentes enfoques adoptados por los Estados miembros en la organización e implementación de controles oficiales sobre materiales en contacto con alimentos. También refiere los desafíos a los que se enfrentan, así como las herramientas utilizadas por los Estados miembros para seguir mejorando sus sistemas de control oficial, habiéndose obtenido la información en una serie de misiones, grupos de trabajo y auditorías llevadas a cabo por los servicios de la Comisión entre 2017 y 2019.

 

Entre las principales conclusiones sacadas destacan:

 

  • En términos de efectividad, los controles oficiales sobre materiales en contacto con alimentos son un desafío debido a la naturaleza técnica del tema y la disponibilidad limitada de métodos analíticos adecuados, unido a dificultades para garantizar que el personal de control posea el nivel necesario de conocimientos técnicos.
  • Los riesgos para la salud humana asociados con los materiales en contacto con los alimentos se perciben como relativamente bajos por las autoridades competentes.
  • Los controles en esta área no se priorizan y, cuando se llevan a cabo, se centran en verificar la presencia de declaraciones genéricas de cumplimiento, en lugar de una evaluación en profundidad de la evidencia que respalda tales declaraciones.
  • Los cursos de formación organizados por los servicios de la Comisión facilitaron debates sobre el tema y se identificaron desafíos comunes, así como enfoques potenciales que, si se adoptan, deberían dar lugar a mejoras en la eficacia global de los controles.